“En los años 70 un biólogo, tipo de la ciencia dura, se llama Ehrlich, publicó un libro que se llamaba La bomba de la población. El problema era exactamente el contrario: ‘mirá cómo está naciendo la gente, mirá la cantidad de gente que tenemos, esto va a colapsar, nos vamos a morir de hambre’. Bueno, ¿qué pasó? Nada. Esa proyección apocalíptica nunca se cumplió porque creció la productividad de la economía y entonces dio para todo. Hoy vivimos mejor que en los años 70”
“Ahora la preocupación es la contraria: va a haber tan poca gente que no vamos a poder producir, que va a caer el PBI. Y también el problema de que haya menos trabajadores activos para financiar a trabajadores pasivos. Eso es bastante así en los sistemas como el nuestro, el de reparto del Estado. Ahí sí o sí necesitás cobrarle impuestos al trabajador activo para pagarle al jubilado.”
“Otro formato que acá existía, y que tiene mala prensa, es el del ahorro individual. En Chile existe, en Colombia existe. Yo en mi vida activa trabajo y ahorro, y con esos ahorros, gestionados por alguien o por mí mismo, vivo en mi vida futura. Pero acá armamos un sistema donde unos tienen que vivir de otros.”
“Me parece problemático que la solución pase por exigirle a la gente que tenga hijos. Si alguien decide no tener hijos, tiene que ser una decisión soberana, legítima y respetable como cualquier otra. Cada uno tiene que organizar su vida en base a sus principios y a su capacidad de trabajo.”
“¿Cómo van a ser los jubilados del mañana si cada vez hay menos jóvenes manteniendo el sistema? Esa es la pregunta de fondo. Pero no podemos exigirle a los demás que hagan las cosas por nosotros. No podemos resolver esto sólo desde la demografía, también hay que pensar en cómo se estructura el sistema económico.”