“Tengo una restricción de mi marido para salir del país. Acá el marido es el dueño de la mujer, la restricción incluye el poder trabajar y mantenerse. Si me encuentran en la calle la policía puede devolverme a la casa”.
“Estoy esperando que se confirme el divorcio, pero él y su familia no se presentan y dicen que no me lo van a dar. Es como si me hubiese casado no sólo con él sino también con su familia”.
“Desde diciembre que no veo a mis hijas, estoy acá por ellas”. “Mi situación es inhumana”.
“No sé si va a funcionar, pero por lo menos el gobierno Argentino puede solicitar que se haga una excepción y me dejen salir”. “Me han quitado el derecho de trabajar, no puedo ver a mis hijas”.
“Mis hijas me rechazan porque no soy musulmana y dicen que las abandoné”. “No les hago un bien quedándome y dejando que mi marido me maltrate, que ellas lo vean como normal”.
“Estoy viviendo en la casa de una familia que me alojó, tienen nacionalidad uruguaya y hablamos en español, son cristianos”.