“Siempre estuvo presente en mi, como reto personal, el Aconcagua”.
“Cuando me enferme ese desafió paso a ser mas grande”.
“Me diagnosticaron la enfermedad a los 24, ahora tengo 28”.
“Cuando entreno la enfermedad me produce pérdida de visión, vértigo y perdida de sensibilidad. Cuando juego al futbol pierdo a mis compañeros”.
“En el Aconcagua la pierna izquierda me abandonó varias veces, no pude fijar bien la visión, pero nada fuerte. Uno se da cuenta cuando es un episodio fuerte y cuando no lo es tanto”.
“A mí no me dio solo esclerosis múltiple, también me dio hipotiroidismo, empiezo con ataques de pánico y depresión”.
“A los 24 años me creía inmortal y cuando me diagnosticaron la esclerosis me dijeron que no lo era”.
“Yo no sabia que podía ser tan amigo mio y de mi cuerpo, fui hasta lo mas profundo de mi y pude explorar mis miedos. Hoy estoy en contacto con mi cuerpo y mi mente”.
“Si andas con una enfermedad como la mía y la enfrentas con actitud vas a mejorar el ritmo de vida”.
“Subir al Aconcagua es un antes y un después, me lo llevo para toda la vida”.
“Ahí arriba tenes que seguir caminando, el helicóptero no te puede venir a buscar”.
“Tuve buenos días a pesar de los 30º bajo cero, pero estuve sin guantes y con la cara descubierta”.
“Yo quería vivir la experiencia Aconcagua como es, asi que no lleve oxigeno y no contrate porteadores, que son personas que te llevan cosas con peso”. “Para subir hay que hacerse todos los estudios pertinentes”.