“Es alarmante el índice de inflación. La que teníamos en agosto del año pasado era del 7% y ahora sube mucho más por arriba la interanual. Los procesos hiperinflacionarios tienen esta denominación donde la inflación pasa a cambiar de dígitos muy rápidamente, una hiperinflación no ocurre de manera gradual. Nos encontramos con la problemática de que el gobierno sigue gastando de más, tenemos un déficit fiscal fuerte. Desde el año 2000 cuando salimos de la convertibilidad, la masa monetaria subió más de 500 veces, y ahora hace un año y medio atrás, la masa había crecido 200 veces. ¿Qué hay que hacer ahora para frenar la inflación? Un shock fiscal, que el estado deje de gastar por encima de sus posibilidades y que pase a un superávit fiscal, pero eso cuesta sangre, sudor y lágrimas.”

“El mayor problema es el de los alimentos, poder comer es mucho más difícil. Estamos viendo que el estado dejo de recaudar. La tasa de recaudación impositiva es mucho más lenta que lo que va la inflación, entonces el estado tiene que emitir más de la cuenta para poder cubrir su déficit fiscal. Entonces no llegas a pagar tus gastos y tenes que recurrir a emitir porque tu recaudación impositiva no te lo permite."

“Las reservas se recuperaron, pero el problema de Argentina ya no es cambiario, sino fiscal y de deudas. Entonces nos encontramos en una situación donde la inflación se va a espiralizar hasta que haya un shock fiscal. Estamos en una época de elecciones donde cualquier cosa que se haga cambia la brújula electiva, donde una parte de la gente está favor de la dolarización, que es inaplicable porque Argentina necesita de sus instrumentos monetarios.”

“En el Banco Central, hay una parte contable, donde hay un activo y un pasivo. En el activo está todo lo que el Banco Central no puede generar, que es dólares, yuanes, euros, oro. Y por otro lado está todo lo que el Banco Central nos infla, como los pesos en circulación. Y el pasivo es inmenso, el Banco Central está quebrado. Hay que reestructurarlo para que esto no ocurra.”