“Patricia Bullrich estaba muy alterada en la audiencia porque quería ver a Alberto Fernández, parecía una chica de 15 años. Anoche en un programa de TN, no me acuerdo como se llama, ella fue y dijo que no se iba a retractar, entonces ya sabíamos esto. Las partes se juntan en una audiencia cuando existe posibilidad de conciliación sino no hace falta juntar a las partes, se abre el juicio a prueba y se termina la historia. A pesar de que ella no se retractó quería ver a Alberto, la perversidad que manifiesta Bullrich en todos sus actos y su venta de humo a su público, que cada vez es menos, es esto de salir y gritar, pero no hacía falta porque Alberto estaba sentado en el despacho del juez. Cuando se hizo el recuento de la prueba al no haber conciliación ni siquiera hacía falta que esté ella, podría haber estado su abogado y listo. Pero fue ella quién pidió la audiencia personal, debe haber sido para provocar al presidente, algo que no permití.”

“Alberto quiso ir a ver al juez porque es su honra lo que está en juego y cuando pasa esto lo más loable es que no vaya el apoderado sino el propio deshonrado, que lo es porque Patricia dijo que es un hombre que recibió retornos. Fue como un hombre común, se sentó y le dijo al juez que ahí estaba para defender su honra, algo que otro presidente quizá no lo hubiera hecho, es algo poco habitual. La audiencia se podría haber hecho por zoom pero Patricia Bullrich pidió que fuera personalmente porque quería hacer el circo para salir a gritar. Como su planificación es de jardín de infantes nosotros teníamos pensado ya lo que iba  a hacer, entonces preserve al presidente para que no se salga con la suya y para que no lo trate mal, como no le salió se fue de tribunales muy enojada. Yo le mandé un tweet diciendo que se tranquilice porque es una señora grande, porque somos todos adultos y sabemos para qué fuimos a la audiencia” dijo Gregorio Dalbón en El Disparador.

“La libertad de expresión desde espacios que tienen que ver con la malicia o una injuria vienen de la comisión y corte interamericana, y la corte de la Argentina tiene biblioteca de un lado y del otro, cualquier persona puede decir lo que quiera pero no escapar de las consecuencias. Ella dijo que Alberto no podía estar ajeno a que existían retornos por el tema de la firma del contrato de la vacuna pfizer y que por eso no se firmaba, está diciendo que él es un coimero. A Fernández se le puede criticar la gestión, arraizar su política económica o en pandemia pero no se puede discutir su honestidad y que esta mujer venga a ensuciarlo no deja ningún tipo de posibilidad de que después se vaya para atrás para ver si eso acomoda su declaración.”

“En el tema de la foto en la fiesta de Fabiola, Alberto Fernández decidió que yo no lo asesore. En referencia a la fecha había una en Abril y Bullrich pidió que se postergue porque se iba a un Congreso con Mauricio Macri a Florida, así que fue ella la que pidió el cambio, acá no hay ningún tipo de casualidad con lo del festejo en pandemia. Se podría haber hecho por zoom pero ella pidió que fuese personal para poder insultar y mancillar para salir y decirle a la gente lo que había hecho, porque ella solo hace ruido.”

“No va a haber una pena para Bullrich porque a mi particularmente no me gusta querellar por opinión y Cristina Fernández prácticamente la abolió por la libertad de expresión así que no quedan penas de querellas por opinar, más allá que tenga connotaciones injuriantes. Lo que le hice yo fue una demanda civil por el daño al honor que es de 100 millones de pesos que no sé cuánta plata será cuando salga la sentencia. No se trata de ganar porque esta plata va a ser donada al Instituto Malbrán, la idea de Alberto es que cuando salga la sentencia la obliguen a Bullrich a publicar la retractación en los 2 diarios de mayor girada que son La Nación y Clarín, y también en el programa en el que es panelista para rectificar sus dichos. Todo esto en la medida que se gane la demanda porque nadie tiene comprado el futuro” le comentó Dalbón a Maxi Sardi.