Ramón Garcés: "Si escucho una sirena de bombero o ambulancia se me eriza la piel"

Ramón Garcés, Ex veterano de Malvinas, nos habla de los 40 años que se cumplen mañana por la guerra de Malvinas.

“Fue muy difícil para mi y terapéutico escribir el libro, por 25 años no hablé de Malvinas y de a poco me aconsejaron que debía dar testimonio de lo que me había pasado y lo que había vivido en la parte de artillería antiaérea de la que se sabe muy poco.”

“Es un lugar del que se sabe bastante poco, había poco periodismo, intenté hacer un aporte porque cuando empecé a leer veía que los relatos oficiales se habían quedado en el tiempo, había distorsión, falta de información. Intento dar una mirada diferente con un lenguaje menos complejo, con un lenguaje que se pueda comprender.”

“Yo tenía 18 años cuando me convocaron, estaba en la plenitud de la adolescencia, jugaba al volleyball , iba al colegio y trabajaba, el deporte me ayudaba y estaba contenido con la ilusión de jugar el mundial 82 que se había en Argentina y así me extirparon de mi casa.”

“Mi camino fue corto, me incorporaron en Enero del 82 y el martes 13 de Abril ya estaba en Puerto Rivero, se llamaba en ese momento. No sabíamos nada del todo el tema de la recuperación de las islas, nos tenían aislado, no veiamos televisión ni escuchábamos radio, veíamos mucho movimiento pero no sabíamos qué ocurría, éramos muy poquitos con 6 cañones y 2 soldados por cañón. Tuvimos un entrenamiento de 2 clases, fue muy emocionante.”

“Nos decían que el grupo de artillería debía movilizarse a Malvinas y recién en los galpones le sacaban el polvo a unos cañones que no los disparamos nunca.”

“Entre los soldados la convivencia era buena, estábamos todos en la misma, eramos muy jovenes y escuchábamos la misma música, muchos éramos de zona oeste y conocíamos los mismos lugares. Teníamos una vida de escuela, club y barrio.”

“A Malvinas nos llevaron en un avión Hércules junto con los cañones que íbamos a utilizar, estuvimos 6 días en Puerto Argentino colaborando con la ampliación de la pista para que estacionen más aviones. Después nos llevaron a 90 km al sur y el Teniente Lungo nos dijo que íbamos a ser carne de cañón.”

“Tuvimos mucho miedo, el 1 de Mayo recibimos el primer ataque, vinieron a atacar la pista aérea y vieron los aviones estacionados y les dispararon, justo mi cañón estaba detrás de ellos. Fue la maypor tragedia, a un piloto que estaba por despegar le tiraron una bomba, a mi me dieron por muerto porque volé por el aire, por suerte se equivocaron en la lista. A mi mamá no le llegaron a avisar por suerte, ella les escribió a compañeros que no recibían cartas.”

“Yo estaba arriba de un cañón antiaérea, a partir del 21 de Mayo que fue un día horrible con tanto bombardeo naval, era un momento de mucho terror. Yo me hice cargo del cañón y empezamos a practicar lo que era realmente el funcionamiento. Ese grupo de artillería antiaéreo me dijo que teníamos que derribar 4 aviones ingleses y yo disparé, fue muy impactante, 30 años después me enteré que el piloto estaba vivo y fue como sacarme un peso de encima porque pensé que lo había matado.”

“Yo fui con 18 años y regresé con más de 40, nos hizo crecer de golpe y valorar cosas que normalmente no se valoran, como tomar un mate.“

“Fui 15 días prisionero y fue bravo eso, yo había perdido más de 14/15 kilos y el abrigo era prácticamente de verano, lo secamos durante el día porque a la noche no podíamos prender fuego. “

“Cuando volvimos pensamos que después de tantos meses, que nos llevaron a Ezeiza, creíamos que nos llevaban a casa, eso fue el 14/07 y nos dijeron que teníamos que ir a Comodoro Rivadavia a jurar la bandera hasta perder la vida, esa noticia fue terrible. Nos dieron la baja el 1/11 y nos iban largando a nuestras casas porque estábamos en una situación desigual y no queríamos saber nada del servicio militar.”

“El tiempo uno lo va alejando de los compañeros, pero yo a mi compañero de cañón le salve la vida y después de unos años él formó su familia y a su hijo le puso mi nombre en agradecimiento y soy el padrino.”

“A mi esposa la conocí el día que terminó la guerra, sin ella yo no estaría hoy acá, Roxana es todo. Me llevo por el camino del arte y la cultura, por eso puedo seguir transitando Malvinas, sacarlo del campo de batalla y llevarlo a la sociedad de una manera diferente a través del arte que me hizo muy bien. Es lindo cuando uno lo va contando en las escuelas y ve las caritas de los chicos/as.”

“Hoy en día me cuesta dormir, me acuesto muy tarde escribiendo o leyendo, a la madrugada para que me venza el sueño, porque empiezo a escuchar ruidos y sonidos, ni hablar de una sirena de bomberos o ambulancia porque se me eriza la piel.”

“Ahora me gusta más hablar del tema, porque tengo unos cuantos años, me preparé en la universidad con 3 carreras universitarias que me ayudan a analizar de otra manera. De esta manera la voz que no conoce nadie hace que pueda ser conocido.”