“Estamos aprendiendo lo que significa el formato de conferencia de prensa, durante más de 15 años se suspendió, somos uno de los pocos países que tuvo ese espacio suspendido durante tanto tiempo”.

“Estamos todos aprendiendo y la práctica de la pregunta es una gimnasia, aunque nada amerita el exceso en la respuesta, la desubicación no genera un perjuicio en el gobernante, al revés si, el periodista se ve expuesto. Más allá de las falencias en las preguntas, no puede haber represalias por respuestas”.

“La política también es cómplice de la práctica, porque uno ve la buena relación del presidente con la prensa, pero yo diría más bien que solo con algunos periodistas, en la pandemia se vieron situaciones bastantes tensas”.

“Una cosa es el periodista amigo, en el mano a mano, que es uno contra uno, y en cambio en una conferencia de prensa vos tenés esa persona de poder, pero también con una colectividad, que para que funcione tiene que haber acuerdos”.

“La política se ha convertido en el cotilleo, en el me dijo o se dijo, hay preguntas que nada tienen que ver con la función pública”.

“Acá hay que ver si uno quiere repercusión o credibilidad en la información porque una pelea no hace creíble a nadie, lo mismo que un titular, de hecho corre el foco de la información, hoy hablamos de la actitud de Gabriela Cerruti y no del fondo de la cuestión”.