“El primer paso es ordenar la campaña en función del mensaje que recibimos en las elecciones en septiembre, que nos invitó a tomar acciones concretas y que en ese sentido el Gobierno se empezó a mover”.

“El cronograma plantea un desafío central en la campaña que es ver si vamos a poder discutir ideas en lugar de personas, si vamos a poder repasar los contenidos, porque hasta acá lo que se ve es una discusión liviana para saber por dónde vamos cómo país, qué modelo queremos”.

“Vidal todo lo que tiene para discutir es si se hacen los más enojados o los menos enojados. Hay que ver cómo cambió el perfil Vidal, que era esa chica que hablaba de modo suave. Bueno, ahora toda su propuesta se basa en ‘presidamos la cámara de diputados’”.

“En términos de lo que es la Ciudad hay para discutir y te puede gustar o no, pero plantear un modelo de ciudad alternativa que Larreta propone en todos los frentes, y hay un modelo en disputa, fijate el desastre que hicieron en la Villa 31, que ponen en manifiesto el problema de vivienda y es la contracara de un modelo que no tiene un programa de viviendas que resuelva los problemas de fondo”.

“Lo que se va encontrando es que cuando se plantea un eje te corren la pelota y se vuelve a la chicana. Argentina está transitando los primeros pasos de un proceso de desarrollo muy fuerte. Argentina tiene una condición de crecimiento muy buena”.

“Argentina tiene un tipo de cambio que es altamente competitivo, un Estados Unidos con un plan fiscal que supone un dólar débil por mucho tiempo, China que fortalece el Yuan, igual que el Euro, el Real, el dólar canadiense, es decir, Argentina puede retrasar un poco su valía contra el dólar y no perder competitividad en términos generales”.

“La elección es un momento central para poner arriba de la mesa cuál es el rumbo que queremos”.

“Yo no creo que Argentina no tenga un plan económico, sí que lo tiene, no es una falta de plan, pero cuando vos estás pésimo es difícil convencerte para decirte que no estás peor”.