`Hay jornadas que se suspenden. Después se puede intentar compensar el problema. No da lo mismo que un chico este cuatro horas con unos docentes o que tenga tareas en su casa, me parece  importante distinguir estas categorías. Disminuir el efecto de la perdida de clases. No hay nada que reemplace a un maestro frente a sus alumnos. “No habrá clases porque total hacemos contenidos virtuales.” Así no se aprende. Los días y horas de clase presencial generan mejor aprendizaje. Un trabajo curricular que analice que contenidos deben precisarse sobre los que no y trabajar con los contenidos más relevantes. Como podemos hacer entre todos para colaborar para que los chicos aprendan lo que tienen que aprender. Que pueden hacer los padres desde su casa. Los docentes pueden enviar más tareas que requieran ayuda de los padres. Hacer reuniones con los mismos para explicarles que hacer. Que estimulen la lectura del libros impreso, que compren libros en librerías, miren las maquinas de conectar igualdad y estimulen la lectura de libros, que los ayuden a buscar información científica. Muchas veces por ejemplo hay dos temas que son claves en jardín y primaria que son los dinosaurios y la astronomía, planetas y todo eso. Los padres deben incentivar la lectura para que aprendan e investiguen. Hay juegos como el SUDOKU que enseñan a los chicos a pensar. Lo que sucede si es que los chicos pierden hábitos, pero se recuperan. Lo que siempre se recomienda es una semana antes 15 días antes los padres les empiecen a exigir nuevamente horario normal. Ofrecerles alternativas al chateo o a la tele, actividades pasivas. Es muy importante que los chicos no deserten. Más que las miradas comparativas con otro, me gusta mirarnos a nosotros con nosotros mismos y con el tiempo. Hemos hecho grandes avances en estos 10 años, desde la creación de escuelas, una ley de educación diferente.´