Lo que estoy viendo es que pasó un año del Papa Francisco y me doy cuenta de que él ya era un pichón de Papa cuando era Cardenal. Él siempre fue como es ahora. Una de las características que lo distinguen es que es transparente. Tiene una memoria increíble, pero no sólo recuerda nombres sino también caras, gestos.
Lo que hay que comprender es que el Papa no es un líder de la Ciudad de Buenos Aires, sino que es un líder global. Tiene un plan que mira la humanidad. Por otro lado, Francisco es posible porque existió Benedicto, que dejó muchas cosas sin hacer, como por ejemplo dos viajes: uno a África y otro a Asia.