Es un lagarto con cinco colas. Las iguanas tienen lo que se denomina “autonomía de cola”, que es que cuando se les corta la cola, ésta se puede seguir moviendo. Después, crece de nuevo la cola. En este caso, esa deformidad de cola, le ha hecho crecer cinco colas.
No es ni una mutación ni una contaminación. Es algo natural, pero en este caso ese crecimiento fue por demás deforme.
La única vez que vi una fue una iguana con dos colas: eso fue lo más extraño. Creo que hay zoológicos que van generando cambios y hay otros que muestran los animales y nada más. Creo como biólogo que los zoológicos deben tener otra función.
Hoy por hoy, no traería un oso polar a Córdoba. Lo que no se conoce es muy difícil conservarlo.