El pararrayo viene de la época de Franklin. Es una punta aguda que forma un campo eléctrico de mayor potencia, que logra un efecto corona. Le dice al rayo “vení por acá”, en vez de ir a una casa o a una persona. No se puede proteger con pararrayo toda una playa pero sí se puede lo que sería la parte edilicia del balneario, para poder disminuir el efecto del rayo. No tenés el 100% de seguridad pero es menos dañino.
Se lo tiene que poner lo suficientemente lejos para que no haga daño y lo suficientemente cerca para que proteja. Tenés dos tipos de pararrayos: los iónicos, que tienen un radio de protección de unos 80 o 90 metros. Uno tiene que tener un lugar donde evacuar a la gente en el momento de la tormenta, que en este caso sería el restorán del balneario.
Cuando te cae un rayo directo donde primero afecta es en el cerebro, donde nos da la capacidad de respirar. Generalmente no tenés posibilidad de reanimar después de que te caiga un rayo. Uno debe intentarlo, pero es muy difícil. Es como una descarga de 3, 4 o 5 millones de voltios, es decir unos 40 mil amperes.