Mandela fue una personalidad luminosa. Cuando en 1995, Mandela pasa 27 años preso para perdonar a una nación que estaba totalmente dividida y se preveía una lucha sangrienta entre los blancos y los negros. Él, con su inteligencia y liderazgo, manifestó que el venía para el perdón.
Los Springboks, equipo de rugby sudafricano, representaban la supremacía blanca: eran una mezcla de alemanes, australianos y sudafricanos blancos. Mandela se da cuenta de que era imposible quitarle el orgullo a los blancos, decide no declararles una lucha que iba a terminar bañada de sangre.
Es de esas almas únicas, que terminan distanciándose de su entorno porque es muy difícil seguirle el ritmo a una persona que está dispuesto a todo para lograr la concordia. Es una figura como Gandhi o Martin Luther King.
El lunes 16 de diciembre se realizará en la Plaza San Martín un scrum gigante, en homenaje a Nelson Mandela.