Tengo un negocio, mi hermano al lado tiene una mercería. Entraron por la mercería y la hicieron pedazos, me entraron en mi casa. Prepararon bolsos y se llevaron vasos, platos y todo lo que había. Esto es en barrio Comercial, al sur de Córdoba.
Me robaron 30 años de trabajo que habían comenzado mis padres. Me robaron la ilusión de vivir en este país, ni siquiera puedo insultar a nadie porque nadie se hace cargo. El gobernador habla de la policía y no se acuerda de nosotros.
Mis vecinos me decían que eran más de 150 personas. Esa cantidad no es espontánea. Contra 150 personas no se puede hacer nada. En el centro de la ciudad hay carteles que dicen que hay comerciantes armadas. Esto es la ley de la selva, donde gana el más fuerte. No puede ser esto.
Todavía tengo que solucionar el tema de las puertas porque están todas abiertas y no hay herreros para solucionar los problemas.