“Quise recrear cómo se formó el artista que después terminó siendo, porque me encontré con que no solo estaba involucrado con la música, sino con el arte en general. Una persona que había viajado mucho por el mundo, haciendo un efecto esponja en sus primeros años de vida. Era un hombre seguro y sabía que era lo que hacía”
“Además de las letras, la puesta en escena, que para ese entonces no era común, ya que el cante no solo cantaba, sino que también tocaba un instrumento. Federico daba mucha información desde su imagen, con su vestuario y las luces . Le pusieron color a un momento gris. Tenía letras con mensajes que tenías que leer entre líneas”
“El rock era ser sucio, desprolijo y aguerrido, pero Federico tenía una imagen completamente andrógina. Las primeras críticas no eran solo por la música, sino porque era algo nuevo, y su imagen era muy fuerte. Era un hombre que bailaba en el escenario y que tenía un concepto completamente distinto de hacer arte. Era una persona muy culta y leída, pero que lo ocultaba por la discriminación de los rockeros y los estereotipos”
“Se mostraba como un persona muy fría y segura, pero después, internamente, le dolía porque lo criticaba por lo que era, no por lo que hacía”
“Antes nadie nombraba como referencia a ¨Virus¨ o a Federico, pero hoy es homenajeado por todos lados. Con mi libro, quise hacer un aporte más a una persona que no solo cantaba bien, sino que es un referente en la cultura argentina”
“Hay gente de toda Latinoamérica que me pregunta por él, y me sorprende cómo traspasa todas las fronteras. Es una persona que está vigente en todos lados, escuchas sus canciones y siguen siendo modernas”
“El libro se divide en dos partes. Por una lado hay 50 testimonios de personas que transcurrieron en la vida de Federico durante los primero 20 años, y por otro, su etapa en ¨Virus” contado por él a través de 20 entrevistas poco conocidas”