"La idea es que convivan los dos sistemas, pero con el papel cada vez más acotado. Eso trae mucho más controles para las obras sociales y los afiliados".
"Ya no lidiamos con la letra del médico y hay cosas que tienen mucha más claridad y son más seguras".
"Las farmacias están equipadas para esto porque venimos trabajando hace un montón. Estos módulos se pueden hacer con un celular, a pesar de que no sea lo más cómodo".
"Hay que organizarse en como la farmacia va a buscar esa receta, porque tenemos 50 módulos distintos y no tenemos la capacidad de que podamos acceder a todas las recetas".
"No fuimos consultado para esto, pero ya empezamos a tener contactos con el Ministerio".
"Hay inscriptas 50 plataformas distintas y el Ministerio tomó el compromiso de crear un protocolo para que podamos acceder de forma más fácil".
“Nosotros tenemos un grupo de WhatsApp donde siempre damos consulta sobre las recetas y eso no es algo bueno. Por suerte el Ministerio nos adelantó que quiere darnos herramientas”.
“La papelización sigue, porque nosotros tenemos que imprimir todo. Para cobrar tenemos que presentar algo físico. Nosotros nos la pasamos imprimiendo”.
“Lo que hay que garantizar es que el afiliado se lleve la medicación sin que haya fraude. En España dispensan y a las 48 horas tienen su reintegro, mientras que nosotros tenemos que presentar papeles y cobramos de 60 a 90 días”.
“Vemos riesgo en que la receta electrónica no pueda vencerse de forma online. Pedimos que se fijen bien en la metodología. Queremos dar un paso hacia adelante, pero con los cuidados pertinentes. Se están perdiendo todas las garantías”.
“Si no se fiscaliza va a haber un perjuicio en la salud de la gente”.