“Pareciera que en el campo anduviera todo bien pero hay una zona que viene con falta de agua. Esto afecta a la cosecha fina de avena, trigo y centeno. Se ha sembrado algo pero no se pudo sembrar todo lo que teníamos. Además, estamos viendo que los trigos no son buenos”.

“Estamos preocupados porque el gasto es muy grande y no vamos a tener retorno de las inversiones”.

“No hay forma natural de revertir esta situación. Argentina no tiene la capacidad de hacer un riego artificial tampoco”.

“Espero que con las lluvias que se pronostican para el fin de semana, la situación se vaya acomodando”.

“El tema económico ya es complejo y esto complica más el problema”.

“A partir de ahora en septiembre, se comienza a sembrar la cosecha gruesa y ojalá llueva y se pueda sembrar el maíz o la soja porque son la base de la economía”.