“En 2018 hicimos un espacio que se llamó La Pedrera, en Mercedes. Todos entendimos que no había que resignarse a que Mauricio Macri gobernará hasta el 2023. Para la unidad del frente, tiene que haber reglas de juego, internas abiertas y cada uno con su programa, con unas PASO fraternas”.
“Ninguna de esas cosas se hicieron en 2019, por la urgencia de ganarles a Mauricio Macri”.
“Después de dos años de gobierno, el Frente de Todos todavía no tiene un programa de gobierno. Nos quedamos en un frente electoral y no un frente político. Se habla más de los nombres que del rumbo político. El Frente de Todos sigue siendo un frente electoral”.
“Si los frentes políticos discuten sobre el rumbo y los diez puntos centrales de los temas más importantes de la argentina, es un insumo que le podemos aportar al presidente Fernández y a la vicepresidenta Kirchner. En Soberanos ponemos todo en cuestionamiento, no nos quedamos solo en la crítica. Soberanos fue el primer espacio que se opuso a la negociación con el Fondo Monetario Internacional”.
“No hay nada que se haya hecho con el dinero de la deuda. El Frente de Todos no discutió la deuda externa”.
“El Frente de Todos y la oposición juegan a una pulseada de nombres pero ninguno discute el rumbo del país”.
“Necesitamos a todos los gobernadores, la militancia, los partidos pequeños. El aporte de Daniel Scioli al Ministerio de Desarrollo Productivo es muy importante porque tiene un recorrido por distintos ámbitos de la función pública y ha pasado por muchos momentos lindos y tormentosos. Como aporte, le da densidad política al gobierno nacional”.
“Habrá 300 mil chacareros que llevan adelante la producción en el campo como dueños de los campos y hay seis exportadoras que se quedan con la crema del negocio y el trabajo del hombre de campo e invadiendo la mesa de los argentinos. Esos temas también habrá que discutirlos”.