Respecto a la situación que se vive dijo: “ Parece que ya no hay límites, yo estoy muy preocupado, angustiado, estamos en el peor de los escenarios. El público visitante iba a terminar con los índices de violencia. Estamos en un escenario que la locura de los barras cualquier cosa puede pasar. Hace algunos años se tomo una actitud contemplativa con los barras, yo no entiendo porque. Los clubes donde hay territorio para disputar con los negocios de la tribuna sumados al menudeo de la droga”.

En referencia a los organismos de seguridad comentó: “No hay ningún programa nacional de lucha contra los barras. Si existen protocolos, los organismos de seguridad se ponen contentos cuando no hay muertos dentro de la cancha. Cada vez que se juega el clásico en rosario hace años que barra con barra no tienen problema, pero hacen ajustes de cuentas con chicos que pasan con camisetas opuestas a las suyas. Es inexplicable como no tomaron la determinación de no combatirlos. Tenemos organismos de seguridad con nombres simpáticos, todos que vinculan su nombre con la prevención y la única prevención que hay son corralitos para que no se junten las hinchadas”.

Sobre el modelo europeo en relación con los barras declaró: “El barra brava argentino es muy diferente al hooligan, uno acá se puede encontrar con productores agropecuarios como los hermanos Schlenker y al capo de la barra de excursionistas que vende drogas. En Europa los que tienen problemas penales no van a la cancha y ahí les generas un problema. Acá la respuesta que dan es que si sacas al primero sube el segundo, y así, es inexplicable”.