Sobre la historia Cristian previo al desalojo del Barrio “Papa Francisco” el vecino afirmó: “Estoy en el asentamiento desde el primer día, desde el 24 de febrero y el domingo cumplíamos 6 meses. Antes estaba alquilando una habitación en la villa 20, ahí al lado pero el alquiler fue subiendo. El predio estaba abandonado, entré y me quedé. Ya había armado mi casita de madera, ya había cercado mi terreno y estaba por construir para aguantar el frio y la lluvia. Sabíamos que el lugar estaba contaminado pero hay papeles que dicen que no estaba tan contaminado”.

Con respecto al desalojo y el futuro de los vecinos desalojado: “No tuvimos alternativa ni de Nación ni de Ciudad. Siempre tuvimos la mesa de diálogo abierta. Nunca pensé que iba a haber un desalojo, pensamos que se iba a llevar a cabo la ley de urbanización. La metropolitana entró con demasiada violencia y sin aviso previo, le pegaron a chicos y a mujeres embarazadas, no tuvieron respeto por nada. El padre que vino a ayudarnos también la ligó. No resistimos al desalojo, si nos hubieran avisado nos hubiéramos ido porque ellos eran más. Estoy en situación de calle, no se a donde voy a ir a vivir, no me dejaron sacar ni mis cosas, ni mis ahorros, ni mis documentos, nos sacaron con las cosas puestas. En un momento pudieron sacar cosas algunas pero después se pusieron violentos. La metropolitana parecía un perro rabioso. Cuando nos terminaron de desalojar nos ofrecieron cosas pero por tres meses. Queremos que nos ofrezcan una casa, no queríamos tomar nada, queríamos pagar. Me detuvieron, me llevaron a la comuna 4. No caigo por delincuente sino por querer una vivienda digna. Del 100% que vivía en el barrio 95% era laburadora pero el 5% quería molestar. Estamos a la deriva, sin nada”.