Con respecto a la negociación argentina con los fondos buitres el economista afirmó: “La realidad es que esto no es un default porque un default es cuando un país no paga. No hay problema de pago hay un problema de cobro. Es un problema de los bonistas con el Banco de Nueva York y con Griesa. Técnicamente esto no se puede declarar un default. Si el gobierno nacional le hace caso a Griesa hay un problema con el resto de los holdouts que van a querer cobrar lo mismo. Hay que empezar a negociar en serio para ver como pagarle al 100% de los bonistas pero con capacidad de pago para no caer en incumplimiento. La idea es ver cómo se puede negociar. Hay que ver si los fondos buitres quieren negociar. Un día mas un día menos no sé si va a cambiar mucho la negociación porque la postura de ambos ya está clara. Es impensado que vuelva un default como en el 2001. El mundo no está viendo a la Argentina cerca de un default. No le conviene ni a los fondos buitres continuar con esta situación”.