“Los secuestros virtuales están permanentemente, y por etapas tienen más repercusión mediática. Aproximadamente se realizan un centenar de secuestros virtuales y un 10% tiene éxito. Este delito nació en las cárceles norteamericanas.  Se cobra un rescate y hay una versión más terrible que es la llamada simulando ser un policía. Los secuestros virtuales han producido muertes, el primero fue en 2005, por un disparo cuando fue a buscar a un amigo que nunca fue secuestrado y el segundo, hace tres años, un señor mayor tuvo un infarto”.

“No dan tiempo para pensar, sorpresa, temor y rapidez son las claves. Algunas veces llaman a la madrugada e inmediatamente se piensa en el familiar que no está en la casa. Cuando se produce la relación entre víctima y victimario nunca hay que dar definiciones afirmativas, sino repreguntar. Cortar automáticamente sirve, no sirve enredarse en la conversación, hay que intentar colgar elegantemente y comunicarse rápidamente con la familia. Ellos no quieren que cortes porque si cortas tenes oportunidad de pensar”.

“Hay una nueva versión que son las lloronas y gritones que imitan a sus familiares, el cerebro interpreta lo que uno inconscientemente quiere interpretar. Hay muchas modalidades de delito que no son nuevas pero que van mutando, como las entraderas, homicidios, hace unos años la casa se robaba cuando la gente no estaba, ahora entran y roban por la fuerza”.