“Estuve en el regimiento 7 de la plata y estuve en Monte London a 17 km de Puerto Argentino y lamentablemente la unidad en la que pertenecía tuvo 36 muertos. Tenía 16 años, éramos pichones que recién habíamos terminado la secundaria. Estaba haciendo el servicio obligatorio y prácticamente estaba por ir de baja, ya había ingresado la clase nueva. Hasta ese momento la hipótesis de conflicto era con Chile y en las casetas de guardia había una foto que decía cuidado el enemigo asecha.  Pensamos que nos íbamos a quedar en Rio Gallegos en reemplazo del regimiento que estaba allí y estaba preparado para ese clima. Hoy es un día que tenemos muchos recuerdos y también nos distanciamos de la decisión política que tuvo un gobierno ilegal e ilegitimo de llevarnos a esa aventura bélica que nos aleja más de Malvinas. Nadie está preparado a los 19 años para morir. Nos fuimos introdujendo en una situación impensada, en los primeros momentos era ir y estar ahí y luego nos vimos inmersos en el horror final del combate. Todo se te pasa por la cabeza, la sensación de frio hambre, soledad, miedo”.

“Estuve hasta la rendición como prisionero y después volví a Puerto Madrin y llegamos el 18 de junio a ese pueblo con nos recibió con los brazos abiertos. Hay muchas cuestiones que todavía están pendientes sobre la cuestión Malvinas que tiene que ver con debelar una cuestión que está en manos de la justicia con muchísimos delitos de lesa humanidad que se cometieron contra los propios soldados argentinos. Esto es una asignatura pendiente que el pueblo argentino merece saber. Hoy hay un reconocimiento en la sociedad y en políticas públicas. Todos los ex combatientes están reconocidos. Los diez primeros años luego de la guerra fueron terribles. Malvinas es parte de la dictadura. Recién en los últimos diez años que hay políticas públicas activas, el mejoramiento de la pensión nacional, los estados provinciales que también acompañan, hoy la situación que tenemos la tendríamos que haber tenido en el 83. Hoy los ex combatientes estamos contenidos dentro de las políticas públicas, no hay ningún ex combatiente que tenga necesidades de trabajo. En el camino quedaron muchos compañeros”.