“Soy docente en una escuela estatal en la Ciudad de Buenos Aires. No soy afín de hacer paro pero con las metodologías en las políticas de escuchas dan como único método realizar paro. Al principio estuve de acuerdo con el paro, cuando les daban un 22% en tres cuotas. Cuando el estado les ofreció casi el 31%, casi lo mismo que en Capital, la repercusión fue negativa. Tuve que recibir el malestar constante tanto de padres como docentes de Provincia”.
“Tenemos que aclarar el tema de la noción de libertad, se pusieron en una postura fija, ninguno da el brazo a torcer, ambos tienen que ponerse en el lugar del otro. Es verdad que los docentes son mal pagos. Hoy en día se necesitas entre dos y tres trabajos para tener una vida más o menos digna. Mis hijos tienen 13 y 6 años. La ilusión de mi hijo, que empezaba primer grado, se esfumó con el paro”.