“Lo que está pasando es que un avión de 260 toneladas lleva 11 días desaparecido y eso en el siglo 21 parece imposible que suceda. En 1950 desapareció un avión cerca del lago Michigan y ese avión y esos pasajeros jamás aparecieron. Cuesta mucho creer que 239 personas y un avión que vale 200 millones de dólares con  equipamiento tecnológico de última generación pueda desaparecer así como así. Efectivamente lo que sucede acá es que se robaron el avión, y para robarse el avión lo que hicieron es apagar todos los sistemas que el avión tiene que permite ser encontrado o monitoreado en tierra”.

“Acá hay una obra muy compleja y me parece que los investigadores trabajan en una obra mucho más tremenda y es que está obra todavía no está terminada. El hecho en sí de lo que ya se mostro hasta ahora es de un daño enorme, los países más importante del mundo están sufriendo un daño. Hasta ahora el alcance del daño es inimaginable. De todas formas si el avión fue estrellado en el mar o aterrizó en una pista clandestina entra en el terreno de la especulación. Nadie sabe donde el avión está. Acá hay algo que los tipos que hicieron esto trabajaron por mucho tiempo, vieron que era fácil ingresar con identidades falsas. Alguien elaboró un plan que era posible de hacer. Cualquiera que haya volado en primera sabe que el capitán luego del despegue abre la puerta, abren salen toman café, van al baño. Los tipos testearon que había un grado de permeabilidad importante. Se puede desactivar el sistema de rastreo manualmente. No necesariamente se necesita un gran aeropuerto para aterrizar una vez. En aeroparque no podría aterrizar el avión desaparecido, pero como una excepción, y en un caso extraordinario, podría aterrizar, después no podría despegar”.