“Ojalá no debiera regularse nada pero los humanos nos dirigidos por el placer y la sal no solo le permite a un alimento estar conservado mejor sino que también le da mejor sabor. Todo con sal sabe mejor, más allá de lo antiséptico que es”.
“La preferencia por el gusto salado no nace con nosotros, aparece a los 4 o 6 meses de edad. Un bebe recién en esos meses percibe lo salado, por lo cual es un gusto adquirido. Nosotros podemos adaptarnos a que nos guste con menos sal lo que estamos comiendo con más sal hoy”.
“Es una iniciativa buena (ya que nosotros no decidimos siempre lo mejor para nosotros) para hacer algo con este lío que tenemos de enfermedades cardiovasculares, hipertensión. ¿Sabías que más del 30% de los argentinos tiene problemas de hipertensión pero casi la mitad no lo sabe? Eso trae infartos, ACV. Todo esto es fácil de prevenir bajando el consumo de sodio”.